miércoles, 12 de octubre de 2011

Orbita Gabriela.

Con este poema participe en un concurso de poesia, me gusta, me agrada, no gane nada, lo dejo para que juzguen ustedes.


La esfera pública en tus manos
Gabriela,
Se diluye,
y desperdiga
Sus gotas en
Los laberintos de
La tierra amarilla.
¿Donde estará irradiando el sol ahora?
Se instala una inquietud
Sin sosiego
Cada vez que apareces
Y apareces siempre,
Tachando
Y talando
Haciendo entrar
Al mundo en tus pasadizos
Donde también se
Puede uno morir de frió,
O bien,
Morir en los
Brazos de una virgen con dientes
De sirena,
O invocar al dios,
Y así
Al follaje de tus palabras
Que atrapan con tenazas
En forma de manos infantiles.
¿Quién te está dictando al oído Gabriela?
Tus respuestas son otras,
Hay un lenguaje que rechaza
Y rechazas,
Solo para mencionar el desierto
Y los árboles,
Y la frondosa estepa de algún
Lugar llamado poesía.
Orbitas el murmullo
Con tus pasos
Ni madre ni hermana
Celadora de la luna
Celadora del viento
Tu mirada recorre los Andes
Y de peñasco en peñasco
Encuentras una voz
A que cantar.
Y no hay canción amarga
Que amargue a la tierra,
La tierra sola y sus desastres
Coquetea con el polvo
Y deja sedimentos
Sin tonos ni música
Aparece entonces el coraje
Sin punto de retorno
Como si la naturaleza
Tuviera lengua
Como si la piedra se
Encarnara en la voz
Y el mundo
Se ensanchara
¿En que lugar termina la mirada de lo árido?
Lentamente aparece
El sudor,
Y el valle
Y miles de ojos anónimos
Que no tienen palabra
Que son silencio
Al horizonte
Y terminan en el mar
Como un trajín cotidiano
Como el amanecer de siempre,
Ahí van todos, detrás de ti
En ti, en cada lugar,
En cada desolación,
Aun no sueltan las herramientas
Los obreros, aun
No abandonan la casa
Las mujeres,
Pero están ahí,
En las puertas
De tu gramática tensamente
Balbuceante,
En tu empuñadura firme
De escribir y escribir,
Este poema sin fin
Que escribes tú,
Errante, desplazada.
La esfera pública desperdigada
En los rincones desolados,
Desde donde partir contigo
Gabriela a la tierra
Y tal vez ya no terminar jamás.